
Gracias a la permisividad del Ayuntamiento con algunos colectivos, los canónigos de la Catedral no tienen problema de aparcamiento (y ni un ápice de vergüenza…) y convierten el templo en garaje . La tradición dice que Jesucristo ya expulso a sus antecesores, hace siglos, en Jerusalén. Ahora les corresponde al alcalde o la concejala de patrimonio histórico velar por un uso adecuado de este BIEN DE INTERES CULTURAL.
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